Una imagen vale más que mil palabras. Al tratar de capturar la atención de nuestra audiencia hay que aprovechar cada oportunidad que tenemos para comunicar efectivamente nuestro mensaje. Las personas tienen cada vez periodos de atención más cortos, lo que hace la transmisión del mensaje un proceso más complicado. En un tiempo en el que la prioridad pareciera ser llamar la atención, nos olvidamos que lo más importante es transmitir el mensaje y no solo provocar, sino mantener la atención del público. El comunicar es improductivo si el mensaje no es retenido por la audiencia. Con los pocos segundos que contamos para informar, debemos mostrar, no decir. Mediante el uso de elementos visuales efectivos que conformen un diseño óptimo, podemos empoderar nuestra comunicación. Aquí, es donde entra la composición. Este aspecto de la comunicación gráfica es la parte primordial del diseño, así como el más amplio y en mi opinión un tanto abrumador, ya que abarca prácticamente todo lo que es el diseño. Requiere de la exploración del uso de las formas, espacio, colores, conceptos de proporción, flujo visual y agrupación para crear una solución comunicativa fuerte que transmita el mensaje de la forma más efectiva. Es crear un balance y un orden de forma hábil y artística al combinar partes o elementos para formar un todo. Es lograr que este todo sea más que la suma de sus partes.
Son todos los factores mencionados anteriormente los que pueden volver a la composición un tanto abrumadora. Implica la aplicación de un sinnúmero de conceptos. Sin embargo, se aprende diseñando una y otra vez, hasta que un día todo venga de forma natural.